miércoles, 14 de julio de 2010

LA GRAN ESTAFA DEL RODAJE DE LA PELICULA “LA VENGANZA DE DON MENDO ROCK”

En los años 50, el cineasta Luís García Berlanga dirigió una parodia titulada “Bienvenido Míster
Marshall”, donde un pueblo se preparaba para recibir a los americanos. Un pueblo marcado por una sanguinaria dictadura, y el cual, creía que aquellos americanos eran superiores o más avanzados que ellos.

Los tiempos han cambiado, aquella dictadura se ve hasta lejana, pero todavía hay gente que se cree que vivimos en ella, que puede reírse hoy en día de un pueblo y sus ciudadanos, por el simple hecho de creer, que todavía estamos en los tiempos de los caciques andaluces y de los terratenientes a caballo, o creyendo que aquí en Utrera somos un pueblo de palurdos que como en la película de Berlanga, cantaremos a coro: “que vienen los artistas, que vienen los del cine”.

Esta película que se está grabando en las poblaciones de Utrera y El Coronil, y a la que podríamos
cambiar el título y llamarla “Bienvenido Don Mendo”, parte con un presupuesto de cinco millones
de euros, que casualidad, un número parecido a los parados que hay en este país. La productora
encargada de la gestión es José Frade S.A, y es la responsable de todo lo que ocurra en el rodaje de dicha película.

Para el rodaje de un film, aparte del equipo técnico que está detrás de las cámaras, no solo se
necesita a un puñado de actores y actrices famosos delante de ellas, sino que también se necesita,
según demande el guión o el director del film, un departamento al que llaman FIGURACIÓN, o
más conocidos como los EXTRAS. Los figurantes o extras son parte de la obra, y se convierten en actores en el mismo momento que el director grita acción y la cámara comienza a rodar. Pero por lo visto, para la productora José Frade S.A. estos figurantes tienen otro nombre, llamémosles: muñecos imbéciles, los cuales manejo a mi antojo por un módico precio y un bocadillo.
Lo que no habían pensado los de la productora José Frade, es que detrás de esos muñecos imbéciles o figurantes, hay personas de carne y hueso con su corazoncito y su cerebrito, que están ejerciendo un trabajo tan digno como cualquier otro.

El cine en este país por desgracia es más negocio que arte, el cual mueve millones de euros y recibe las mejores subvenciones por parte del estado. Pero esto les importa una mierda a los caciques del cinematógrafo, convirtiéndose el séptimo arte en algo abominable, lleno de mafiosos y asesinos de lo bello. Tan abominable, tan inhumano, que a las personas que ejercen como FIGURANTES, se les paga verdaderas miserias por 11, 13 y hasta 16 horas de trabajo, según se vaya desarrollando cada día de rodaje y dando igual que trabajes de día o de noche.

Un figurante puede trabajar un día o varios (trabajo temporal puro y duro), y su figura o imagen
puede ser explotada para beneficio de unos pocos. Un animal, sea un perrito, un cerdito o un
cangurito, que colabore en la película, tiene muchísimos más derechos que una persona que trabaje como figurante. A los figurantes escogidos en Utrera a parte de los 40 € y la larga jornada de trabajo, esta productora ha tenido el detalle de darles un bocadillo y un yogurt caducado, el cual podían tomar en pleno julio y a 40 grados en una fabulosa nave. A dos metros de ellos y mientras degustaban tan delicioso manjar (de lo más barato que hay en el mercado), estos podían observar como en un salón, con su aire acondicionado, sus mesas con sus manteles, los demás miembros del equipo y los encargados de producción saboreaban un delicioso menú, donde podías elegir diferentes platos, tu pan del día, fruta, etc.…

Dos muchachas figurantes, que se habían pasado toda la mañana vestidas de bailarinas árabes y
ensayando una coreografía (aquí también nos ahorramos pasta), en su inocencia e ingenuidad, al
terminar el ensayo se metieron en el salón, cogieron su correspondiente bandeja y se dispusieron a saborear el delicioso menú, acompañado del sabroso fresquito del aire acondicionado, como sería lo más lógico. Evidentemente fueron desalojadas de dicho lugar, e invitadas a que compartieran los extraordinarios bocadillos junto a sus compañeros de figuración, bajo los agradables 40 grados de la nave.

Uno de los trabajadores, perdón, para la productora José Frade, uno de los figurantes, se reveló ante aquel proceder inhumano, llevado a cabo por una productora que mueve CINCO MILLONES DE EUROS. El trabajador se negó a comer el bocadillo, pidió una copia de su contrato, el cual no había firmado, pues según la productora no hace falta contrato. Viendo la situación la productora llama al trabajador aparte para que nadie se enterase de lo que estaba ocurriendo, y le dice a este, que le van a pagar su dinero pero que se vaya de allí. El trabajador se niega y la productora llama a la guardia civil para que se lo lleven detenido, grandioso gesto que nos recuerda a aquella España de Bienvenido Míster Marshall.

El trabajador despedido sin terminar su jornada, por la fuerza, bajo amenazas, etc… es un afiliado
del sindicato de comercio y servicios de la CNT de Sevilla. Según el director de producción y
representante de José Frade, son unos 300 figurantes los que han pasado por la película, que a 40 € euros cada uno son a groso modo unos 12.000 euros. Esto es lo que le sale aproximadamente (pues en dietas como hemos visto se gastan muy pero que muy poquito) a esta productora 300 trabajadores y que maneja un presupuesto de CINCO MILLONES DE EUROS.

Este sindicato ya ha puesto una denuncia en la inspección del trabajo, y continuará denunciando en todos los medios posibles el trato vejatorio que se tiene con aquellos trabajadores, que son
utilizados como simples títeres para beneficio de unos pocos y que luego venderán al mundo como “El séptimo arte”.

La viñeta del día

France Télécom acepta como accidente laboral un suicidio

El operador de telecomunicaciones France Télécom ha reconocido como accidente de trabajo el suicidio de uno de sus empleados el año pasado, el primero que obtiene esa consideración de los muchos asalariados que se han quitado la vida en los últimos años en la empresa, que en España es propietaria de la operadora de móviles Orange y del operador de Internet ya.com.

La compañía ha aceptado considerar como accidente de trabajo el suicidio de un hombre de 51 años ocurrido hace hoy exactamente un año en su domicilio en Marsella, en el sureste de Francia. El fallecido, que trabajaba como arquitecto en la empresa, dejó una carta en la que explicaba su acción por la "sobrecarga de trabajo" a la que le sometía France Télécom. Además, acusaba al grupo de practicar una "gestión basada en el terror". La familia del fallecido recibirá la pensión que corresponde a los herederos de una muerte por causas laborales, señaló una portavoz del grupo.

La decisión la tomó el director general de France Télécom, Stéphane Richard, que asumió el puesto el pasado mes de marzo, en parte para atajar la crisis de confianza interna generada por la oleada de suicidios de trabajadores de la compañía. Aunque no hay una contabilidad oficial pública, se han registrado más de medio centenar de suicidios en la empresa desde comienzos de 2008. Algunas estimaciones cifran en 58 el número de empleados que se han quitado la vida. El grueso de muertes data del año pasado, cuando los sindicatos de la empresa denunciaron los estresantes métodos de trabajo y de organización, los constantes cambios de ubicación, de tarea y de residencia de los trabajadores y la presión directa para estimular las prejubilaciones.

Richard, que reemplazó en el cargo al dimitido Didier Lombard, ha querido desmarcarse con su decisión de los dictámenes elaborados por la Inspección General de Asuntos Sociales (IGAS) del Gobierno francés y de una comisión interna creada ex profeso por la empresa. Ambas instancias eran contrarias a que la muerte de ese empleado, que tenía la categoría de funcionario (el primer accionista de la compañía francesa es el Estado), se catalogara como accidente de trabajo.

Richard comunicó la decisión en una carta leída ayer por un director territorial de la compañía durante un homenaje al empleado fallecido.

Un portavoz de France Télécom recalcó que es obligación del grupo atender a la memoria del fallecido y a sus familiares y amigos. "Stéphane Richard desea igualmente hacer todo lo posible para que, todos juntos, podamos superar este momento tan doloroso", señaló.