miércoles, 4 de agosto de 2010

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Crisis y promesas...

Y el POUM era... ¿anarquista?Y el POUM era... ¿anarquista?

Seix Barral ha hallado un filón con las vibrantes novelas del neoyorquino Alan Furst. Esos relatos del mundo del espionaje antes de (y durante) la II Guerra Mundial son adictivos: retratan unos enfrentamientos desconocidos, fuera de las grandes batallas y las figuras históricas. Comenzando en 2006, con El corresponsal, la editorial barcelonesa ha sacado una obra de Furst por año, con buenas ventas y críticas entusiastas.

Sin embargo, Seix Barral ignoró hasta ahora la novela inaugural, la que bautizó a la serie: Night soldiers, publicada originalmente en 1988. Allí debutan algunos de los secundarios que animarán la saga: agentes soviéticos como Ilya Goldman y el coronel Vassily Antipin, o luminarias de la bohemia dorada de entreguerras. También conocemos la Brasserie Heiniger, restaurante parisiense que contemplará conspiraciones y atentados.

Puede extrañar que el inicio de la serie se traduzca ahora, tras otros cuatro títulos. Pero se entienden las precauciones: resulta que Soldados de la noche se le puede atragantar a cualquier lector español medianamente culto. Parte del libro transcurre durante la segunda mitad de 1936, en nuestra Guerra Civil, y revela que el autor tiene vagas ideas de aquel conflicto y los partidos políticos que se enfrentaron.

Furst identifica a UGT con el Partido Comunista. Insiste en que el POUM era anarquista. Las ideologías no son su especialidad: el nombre -Partido Obrero de Unificación Marxista- ya explica que se trataba de una organización comunista. Más aún, de tendencia trotskista, destinataria por lo tanto de la furia asesina de Stalin.

Los traductores de Soldados de la noche han eliminado muchas de las embarazosas descripciones del POUM como anarquista. En el original, un enviado de la embajada soviética llega a la sierra de Guadarrama, a exigir la ejecución de cuatro guerrilleros del POUM. El jefe de la partida recela, pero el funcionario le asegura que "no hay dudas, tenemos copias de las listas de afiliados, sacadas de las oficinas de Durruti". Cuesta evitar una carcajada triste: ¿Buenaventura Durruti? ¿Oficinas? ¿Con listados de miembros del POUM?

Es cierto que el POUM luchó al lado de los anarcosindicalistas en Barcelona, durante los hechos de mayo. Bien lo sabía George Orwell, testigo directo, que estuvo en busca y captura. Orwell vivió para contarlo, a diferencia de algunos dirigentes del POUM: Andreu Nin fue detenido y posteriormente secuestrado, torturado y asesinado por el todopoderoso NKVD (Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos) y sus colaboradores del PCE. Pero todos esos horrores ocurrirían en 1937.

En el territorio literario de Furst se ensalza a los polacos y húngaros, patriotas conscientes de que deben derrotar al nazismo y, a continuación, resistir el abrazo del oso soviético. Aparecen pocos españoles y suelen ser crueles, toscos, valientes. Uno puede aceptar esos tópicos. Uno disculpa las abundantes frases en castellano horrible (corregidas por los traductores). Lo espeluzante de Soldados de la noche es que Furst ni siquiera estudió los mapas.

Insiste en que la base operativa del NKDV en Tarragona es la que lleva la lucha contra la quinta columna en Madrid.... a 500 kilómetros de distancia. Furst lo ignora todo sobre la situación bélica en 1936. Parece pensar que los sublevados franquistas solo dominaban el sur de España. Así, cuando el protagonista de Soldados de la noche y sus amigos internacionalistas huyen de Madrid, avisados de que son objetivo del NKDV, viajan por carretera hasta Bilbao y paran en Burgos a repostar gasolina. ¿Burgos con la República? ¡Paren las máquinas!

No terminan ahí los disparates. Llegado a Bilbao, el protagonista de Soldados de la noche cruza clandestinamente la frontera francesa y se entrega a las autoridades. Misteriosamente, le llevan ¡a Perpiñán! Según Furst, a finales de 1936 ya funcionan allí los campos de internamiento para combatientes republicanos, vigilados por tropas senegalesas. Con todo, Soldados de la noche ofrece una lectura apasionante. Pero uno se pregunta si las aventuras de sus héroes por los Vosgos o los Balcanes están mejor documentadas que el tramo español.

España pierde la demanda contra la empresa que declaró apto el PrestigeEspaña pierde la demanda contra la empresa que declaró apto el Prestige

Un tribunal federal estadounidense ha rechazado la demanda interpuesta por el Gobierno de España contra la empresa norteamericana que declaró apto para navegar el buque petrolero Prestige, hundido en 2002 frente a la costa gallega, con lo que niega también la reclamación española valorada en 1.000 millones de dólares.

La jueza del Distrito Sur de Nueva York Laura Taylor Swain falló a favor de la empresa American Bureau of Shipping (ABS), con sede en Houston, pese a que las autoridades españolas le reclamaban 1.000 millones de dólares por errar en su calificación del buque, con bandera de Bahamas.

Negligencia

La reclamación española aludía a una supuesta negligencia en la inspección del 'Prestige', de 26 años de antigüedad, ya que seis meses antes del hundimiento la ABS no detectó la corrosión de la nave ni otros problemas que, posteriormente, terminarían produciendo el naufragio.

En una resolución de 20 páginas, la jueza reconoce la conveniencia de que existan "responsables" por los vertidos de crudo que provocan "grandes daños económicos y medioambientales". Sin embargo, añade que, según las leyes norteamericanas, no se puede imputar estas irresponsabilidades a las sociedades de calificación y apostilla que otra sentencia a la dictada sería "inconsistente" con la "indelegable" responsabilidad que tienen los propietarios de los barcos. En este sentido, explica que "el propietario está en última instancia al cargo de las actividades a bordo del buque".

Swain ya rechazó en 2008 una demanda española sobre ABS al entender que no tenía competencia para estudiarla, aunque un tribunal federal de apelaciones de Nueva York le devolvió el año pasado este caso.

Decepción española

El abogado Brian Starer, representante de los intereses españoles, se mostró disconforme con la sentencia ya que entiende que da "carta blanca" a las empresas calificadoras, algo a su juicio "sorprendente". No obstante, en declaraciones a Reuters no aclaró si se produciría o no una apelación al fallo.

Por su parte, el portavoz de ABS Stewart Wade celebró la resolución de la jueza y la calificó de "correcta y apropiada".