martes, 1 de febrero de 2011

Siempre nos quedará Islandia...

Recientemente nos han sorprendido los acontecimientos de Túnez que han desembocado en la huida del tirano Ben Alí, tan demócrata para occidente hasta anteayer y alumno ejemplar del FMI. Sin embargo, otra “revolución” que tiene lugar desde hace dos años ha sido convenientemente silenciada por los medios de comunicación al servicio de las plutocracias europeas. Ha ocurrido en la mismísima Europa (en el sentido geopolítico), en un país con la democracia probablemente más antigua del mundo, cuyos orígenes se remontan al año 930, y que ocupó el primer lugar en el informe de la ONU del Índice de Desarrollo Humano de 2007/2008. ¿Adivináis de qué país se trata? Estoy seguro de que la mayoría no tiene ni idea, como no la tenía yo hasta que me he enterado por casualidad (a pesar de haber estado allí en el 2009 y el 2010). Se trata de Islandia, donde se hizo dimitir a un gobierno al completo, se nacionalizaron los principales bancos, se decidió no pagar la deuda que estos han creado con Gran Bretaña y Holanda a causa de su execrable política financiera y se acaba de crear una asamblea popular para reescribir su constitución.

Y todo ello de forma pacífica: a golpe de cacerola, gritos y certero lanzamiento de huevos. Esta ha sido una revolución contra el poder político-financiero neoliberal que nos ha conducido hasta la crisis actual. He aquí por qué no se han dado a conocer apenas estos hechos durante dos años o se ha informado frivolamente y de refilón: ¿Qué pasaría si el resto de ciudadanos europeos tomaran ejemplo? Y de paso confirmamos, una vez más por si todavía no estaba claro, al servicio de quién están los medios de comunicación y cómo nos restringen el derecho a la información en la plutocracia globalizada de Planeta S.A.

Esta es, brevemente, la historia de los hechos:

¦A finales de 2008, los efectos de la crisis en la economía islandesa son devastadores. En octubre se nacionaliza Landsbanki, principal banco del país. El gobierno británico congela todos los activos de su subsidiaria IceSave, con 300.000 clientes británicos y 910 millones de euros invertidos por administraciones locales y entidades públicas del Reino Unido. A Landsbanki le seguirán los otros dos bancos principales, el Kaupthing el Glitnir. Sus principales clientes están en ese país y en Holanda, clientes a los que sus estados tienen que reembolsar sus ahorros con 3.700 millones de euros de dinero público. Por entonces, el conjunto de las deudas bancarias de Islandia equivale a varias veces su PIB. Por otro lado, la moneda se desploma y la bolsa suspende su actividad tras un hundimiento del 76%. El país está en bancarrota.

¦El gobierno solicita oficialmente ayuda al Fondo Monetario Internacional (FMI), que aprueba un préstamo de 2.100 millones de dólares, completado por otros 2.500 millones de algunos países nórdicos.
¦Las protestas ciudadanas frente al parlamento en Reykjavik van en aumento. El 23 de enero de 2009 se convocan elecciones anticipadas y tres días después, las caceroladas ya son multitudinarias y provocan la dimisión del Primer Ministro, el conservador Geir H. Haarden, y de todo su gobierno en bloque. Es el primer gobierno (y único que yo sepa) que cae víctima de la crisis mundial.

¦El 25 de abril se celebran elecciones generales de las que sale un gobierno de coalición formado por la Alianza Social-demócrata y el Movimiento de Izquierda Verde, encabezado por la nueva Primera Ministra Jóhanna Sigurðardóttir.

¦A lo largo del 2009 continúa la pésima situación económica del país y el año cierra con una caída del PIB del 7%.

¦Mediante una ley ampliamente discutida en el parlamento se propone la devolución de la deuda a Gran Bretaña y Holanda mediante el pago de 3.500 millones de euros, suma que pagarán todos las familias islandesas mensualmente durante los próximos 15 años al 5,5% de interés. La gente se vuelve a echar a la calle y solicita someter la ley a referéndum. En enero de 2010 el Presidente, Ólafur Ragnar Grímsson, se niega a ratificarla y anuncia que habrá consulta popular.

¦En marzo se celebra el referéndum y el NO al pago de la deuda arrasa con un 93% de los votos. La revolución islandesa consigue una nueva victoria de forma pacífica.

¦El FMI congela las ayudas económicas a Islandia a la espera de que se resuelva la devolución de su deuda.
¦A todo esto, el gobierno ha iniciado una investigación para dirimir jurídicamente las responsabilidades de la crisis. Comienzan las detenciones de varios banqueros y altos ejecutivos. La Interpol dicta una orden internacional de arresto contra el ex-Presidente del Kaupthing, Sigurdur Einarsson.

¦En este contexto de crisis, se elige una asamblea constituyente el pasado mes de noviembre para redactar una nueva constitución que recoja las lecciones aprendidas de la crisis y que sustituya a la actual, una copia de la constitución danesa. Para ello, se recurre directamente al pueblo soberano. Se eligen 25 ciudadanos sin filiación política de los 522 que se han presentado a las candidaturas, para lo cual sólo era necesario ser mayor de edad y tener el apoyo de 30 personas. La asamblea constitucional comenzará su trabajo en febrero de 2011 y presentará un proyecto de carta magna a partir de las recomendaciones consensuadas en distintas asambleas que se celebrarán por todo el país. Deberá ser aprobada por el actual Parlamento y por el que se constituya tras las próximas elecciones legislativas.

¦Y para terminar, otra medida “revolucionaria” del parlamento islandés: la Iniciativa Islandesa Moderna para Medios de Comunicación (Icelandic Modern Media Initiative), un proyecto de ley que pretende crear un marco jurídico destinado a la protección de la libertad de información y de expresión. Se pretende hacer del país un refugio seguro para el periodismo de investigación y la libertad de información donde se protegan fuentes, periodistas y proveedores de Internet que alojen información periodística; el infierno para EEUU y el paraíso para Wikileaks.

Pues esta es la breve historia de la Revolución Islandesa: dimisión de todo un gobierno en bloque, nacionalización de la banca, referéndum para que el pueblo decida sobre las decisiones económicas trascendentales, encarcelación de responsables de la crisis, reescritura de la constitución por los ciudadanos y un proyecto de blindaje de la libertad de información y de expresión. ¿Se nos ha hablado de esto en los medios de comunicación europeos? ¿Se ha comentado en las repugnantes tertulias radiofónicas de politicastros de medio pelo y mercenarios de la desinformación? ¿Se han visto imágenes de los hechos por la TV? Claro que no. Debe ser que a los Estados Unidos de Europa no les parece suficientemente importante que un pueblo coja las riendas de su soberanía y plante cara al rodillo neoliberal. O quizás teman que se les caiga la cara de vergüenza al quedar una vez más en evidencia que han convertido la democracia en un sistema plutocrático donde nada ha cambiado con la crisis, excepto el inicio de un proceso de socialización de las pérdidas con recortes sociales y precarización de las condiciones laborales. Es muy probable también que piensen que todavía quede vida inteligente entre sus unidades de consumo, que tanto gustan en llamar ciudadanos, y teman un efecto contagio. Aunque lo más seguro es que esta calculada minusvaloración informativa, cuando no silencio clamoroso, se deba a todas estas causas juntas.

Algunos dirán que Islandia es una pequeña isla de tan sólo 300.000 habitantes, con un entramado social, político, económico y administrativo mucho menos complejo que el de un gran país europeo, por lo que es más fácil organizarse y llevar a cabo este tipo de cambios. Sin embargo es un país que, aunque tienen gran independencia energética gracias a sus centrales geotérmicas, cuenta con muy pocos recursos naturales y tiene una economía vulnerable cuyas exportaciones dependen en un 40% de la pesca. También los hay que dirán que han vivido por encima de sus posibilidades endeudándose y especulando en el casino financiero como el que más, y es cierto. Igual que lo han hecho el resto de los países guiados por un sistema financiero liberalizado hasta el infinito por los mismos gobiernos irresponsables y suicidas que ahora se echan las manos a la cabeza . Yo simplemente pienso que el pueblo islandés es un pueblo culto, solidario, optimista y valiente, que ha sabido rectificar echándole dos cojones, plantándole cara al sistema y dando una lección de democracia al resto del mundo.

El país ya ha iniciado negociaciones para entrar en la Unión Europea. Espero, por su bien y tal y como están poniéndose las cosas en el continente con la plaga de farsantes que nos gobiernan, que el pueblo islandés complete su revolución rechazando la adhesión. Y ojalá ocurriera lo contrario, que fuera Europa la que entrase en Islandia, porque esa sí sería la verdadera Europa de los pueblos.

VIVA ISLANDIA...

Dos décadas de asedio contra los sistemas públicos


"El primer paso es reformar el pilar público [del sistema de pensiones] retrasando la edad de jubilación y recortando el nivel de prestaciones, empezando por los casos en que son demasiado generosas. El segundo paso es crear el pilar privado". Y para ayudar a crearlo, hay que "empe-queñecer el pilar público de forma gradual".

Así lo escribió el Banco Mundial en 1994 en uno de los informes más importantes que ha producido nunca, Adverting the old age crisis [Evitando la crisis de la vejez]. Desde entonces, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y las patronales bancarias y de fondos de pensiones han presionado a gobiernos de todo el mundo con el mantra expuesto en este trabajo de 1994: exigen un sistema "multipilar" en el que los fondos privados sean siempre el eje central. Y, para lograrlo, sugieren "empe-queñecer" el sistema público.

El Banco Mundial tiene incluso un documento marco para extender el "modelo multipilar" nacido del extenso informe de 1994 y que resume en ocho páginas las 436 del documento base. La propuesta tiene tres patas principales: una pública, pequeña y dirigida sobre todo a pobres y excluidos; otra privada, obligatoria, que exige la cotización de todos los trabajadores, y, finalmente, una última, privada y optativa para el que quiera mejorar su pensión.

Banca de inversión

En 17 de los últimos 19 años, el Banco Mundial ha tenido como director a un ex alto ejecutivo de la banca de inversión estadounidense, el principal lobby en favor de la extensión de las pensiones privadas: Lewis Thompson (1991-1995), que pasó 40 años en JP Morgan; James Wolfensohn(1995-2005), ex ejecutivo de Solomon Brothers, y desde 2007, Robert Zoellick, ex directivo de Goldman Sachs.

Pese a ello, su "modelo multipilar" ha sido asumido como propio también por la OCDE, el FMI, y, en parte, la misma UE. "Los planes privados de jubilación son el gran sueño de la banca, porque logran que los trabajadores les transfieran parte de su salario durante toda su vida, lo que supone gestionar muchísimo dinero durante muchos años con un altísimo margen de maniobra", opina Miren Etxezarreta, catedrática emérita de Economía Aplicada y autora de Qué pensiones, qué futuro (Icaria).

Estos capitales son parte de los mercados que presionan en favor de los recortes de los sistemas públicos. En total, suman 12,7 billones de euros, más de 12 veces el PIB español(1,067 billones) y gigantes todavía mayores en comparación con algunos de los países de la UE ahora más asediados: el PIB portugués es de apenas 0,17 billones, y el griego, de 0,24 billones.

Según el último informe de la OCDE sobre pensiones y mercados, del pasado julio, los planes privados invierten cada vez más en los agresivos hedge funds. Pero en la mayoría de los casos que analiza, la principal inversión se destina a deuda pública, en un porcentaje que en algún caso llega al 90%.

España, Grecia y Portugal se cuentan precisamente entre los países donde menos éxito ha tenido la fórmula "multipilar" lanzada por el Banco Mundial en 1994. La penetración de los planes privados en estos países ahora asediados es sensiblemente menor que la media de la OCDE: en Grecia son irrelevantes, en España suponen el 8,1% del PIB, y en Portugal, el 13,4%, cuando la media en la OCDE se sitúa en el 35,5%, y algunos países, como Holanda y Finlandia, superan el 110%.

La patronal del sector en España (Inverco) y la OCDE redactaron el año pasado sendos informes que coinciden en la causa del retraso de las pensiones privadas en España: concluyeron que la generosidad del modelo público impide que crezca el privado.

"A pesar del tratamiento fiscal que reciben las aportaciones a los planes de pensiones, la extensión de estos formatos de previsión depende crucialmente del espacio que las pensiones públicas dejen para ello", concluye El impacto de la crisis económica y financiera en la inversión colectiva y en el ahorro-previsión, editado en junio por Inverco. Y termina: "El que las pensiones públicas sustituyan en porcentajes muy elevados a los salarios previos a la jubilación, como es el caso de España, con una tasa de sustitución de las mayores de la OCDE, implica que hay poco margen para la expansión de las pensiones privadas".

A la misma conclusión llegó la OCDE. En un estudio de 2007 (Reduciendo la brecha de las pensiones: el papel de las pensiones privadas) lamentaba que la "vía tradicional" para alentar los planes privados las desgravaciones fiscales era "ineficiente" y sugería explorar nuevas fórmulas.

Exigencia de recortes

En el último informe sobre España, en diciembre de 2010, la OCDE ya evitó los rodeos: "El bajo nivel de contribuciones a las pensiones privadas podría ser una consecuencia de las generosas dotaciones que ofrece el sistema público". La receta que exigía hace apenas un mes iba en esta dirección: recortes en el modelo público, como el retraso en la edad de jubilación, aumento del periodo de cálculo y otras medidas que bajen la prestación.

Entre las fórmulas que la OCDE sugería ya en el documento de 2007 destacaba "lanzar campañas nacionales de concienciación" sobre los peligros del envejecimiento, para las que la propia organización ha elaborado un documento de líneas maestras.

La sugerencia de "empe-queñecer" el sistema público y lanzar campañas ya estaba en el documento del Banco Mundial de 1994: "Los pagos [del sistema público] no deben ser demasiado generosos y la reforma requiere empequeñecer el pilar público". ¿Y cómo convencer a la opinión pública? "En Chile, altos cargos del Gobierno dirigieron una intensiva campaña en los medios para convencer a la gente de la quiebra del viejo sistema", subrayaba el Banco Mundial.

Inmediatamente después de publicarse este informe, en muchos países empezaron a aparecer estudios augurando la inminente quiebra del sistema público. Los impulsaron sobre todo fundaciones del sector financiero o la patronal. En España empezaron a difundirse el mismo año 1994 con El futuro de las pensiones públicas, lanzado por BBV, pero en apenas dos años editaron estudios parecidos el Círculo de Empresarios redactado por José Piñera, el ex ministro de Pinochet que dirigió la privatización en Chile, La Caixa y los que coordinó el catedrático José Barea, entre otros.

Todos auguraban la quiebra del sistema público y en algún caso estimaban que su deuda acumulada en 2010 supondría el 10,7% del PIB. La realidad es que tiene un superávit acumulado superior al 6% del PIB. Pero en 1995 los fondos privados apenas tenían en España un patrimonio de 13.000 millones y el pasado septiembre sumaban 84.000.

El falso debate sobre la crisis del sistema de pensiones

En los últimos tiempos asistimos a un debate sobre la necesidad de reformar el sistema de pensiones con el cual se está empleando un lenguaje deliberadamente alarmista (drásticos descensos del superávit, desequilibrio en las cuentas de la Seguridad Social, etc), algo que hemos venido viendo durante todo el año 2010, primero referido al balance de 2009 y después, al finalizar noviembre, también al de 2010. Lo que por contra nadie ha explicado, es que en el año 1999 no había ningún fondo en el que guardar y rentabilizar el superávit de la Seguridad Social, que se iba según venía, y sin embargo a la clase política y empresarial entonces le parecía bien el sistema de pensiones. También a mediados de la década que acaba de terminar, en plena "época de vacas gordas", se registraban unos superávits similares a los de ahora, e, igualmente, en aquel momento les parecía bien a políticos y empresarios el sistema de pensiones vigente.

El Gobierno habla ahora de la necesidad de cambiar el modelo productivo y lo esgrime como argumento para cada paso antisocial que da, y sin embargo ha rebajado en los Presupuestos Generales del Estado de este año la inversión en I+D, área de inversión que permitiría modernizar el modelo productivo español sin necesidad de salirse siquiera de la lógica capitalista, porque detrás de todo esto no hay más que demagogia orientada hacia la manutención de los privilegios de siempre, recortando también por donde siempre: entre los trabajadores, en activo o en paro, y en general entre los más desfavorecidos. Prueba de ello es que entre tanto, se han aprobado una serie de nuevos beneficios fiscales para las empresas, que para 2011 le costarán a las arcas públicas 230 millones de euros, se ha acordado eliminar la ayuda de 426 euros a parados sin prestación ni subsidio, se ha aprobado una subida del IRPF y otra del IVA, impuestos ambos que afectan muy directamente al conjunto de los trabajadores... todo ello sin olvidar la Reforma Laboral más agresiva para los trabajadores en toda la historia reciente de este país, en la cual se daña muy seriamente la negociación colectiva, se abaratan los despidos y se fomenta el trabajo a jornada parcial con la precariedad salarial que eso acarreará.

Y ahora toca cargarse también el sistema de pensiones, tal vez porque España es uno de los países donde menos negocio hace la banca con los planes de pensiones privados, y siguiendo la política que impera ahora que hay crisis, debe aprovecharse esta excusa de oro para hacer que el dinero público pase a ser privado como sea. Tal vez, porque a cuenta de la crisis, que los Estados han convertido en carta blanca, estamos asistiendo a la liquidación de los pocos derechos y cobertura social que teníamos los trabajadores, en lo que es uno de los peores procesos de liberalización de la economía vistos aquí y en el resto de Europa.

Con ese fin se nos dice que el actual sistema de pensiones es insostenible. Conviene, por tanto, aclarar algunos aspectos:

1. Durante las últimas tres décadas las arcas de la Seguridad Social no han dejado jamás de estar en superávit. Dicho de otra forma, durante los últimos treinta años el montante total reportado en concepto de cuotas que pagamos a la Seguridad Social ha sido superior al gasto total efectuado en pensiones, subsidios y prestaciones de toda clase. Aunque es cierto que la magnitud de dicho superávit tiende a la reducción, estamos a día de hoy en niveles parecidos a los de los años 2004-2006, en los que tan bien nos prometían que nos iba a ir. Concretamente en 2010 el superávit fue de 11.100 millones de euros.

A raíz de lo prolongado de este superávit, el Gobierno creó en el año 2000 el Fondo de Reserva de la Seguridad Social, en el cual se ha ido "guardando" una parte de ese superávit. En el año de su creación el Fondo tenía 604 millones de euros; en 2009 alcanzó los 60.022 millones de euros.

Según el informe anual más reciente (2009) de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones, dependiente del Ministerio de Economía y Hacienda, el peso del Fondo de Pensiones español sobre la economía del país se sitúa en un 8,1% del PIB, una de las tasas más bajas de entre los estados que figuran en el muestreo, que incluye mayoritariamente países ricos. De hecho, la media ponderada resultante de todas las tasas del muestreo da un 67,1% del PIB frente al, repetimos: 8,1 de España.

2. Conviene recordar que la reforma laboral (35/2010 de 17 de septiembre) incrementará la intermitencia de las cotizaciones para la pensión, al incrementar la temporalidad y las trayectorias laborales discontinuas (empleo temporal - paro - empleo fijo - ERE – paro – empleo temporal – paro - etc).

Asimismo la tendencia de la temporalidad pasará de ser un"efecto edad", (los temporales son jóvenes y llegados a cierta edad tienden a tener contratos fijos, estadísticamente hablando) a ser un "efecto generación" extendiendo la temporalidad a cualquier edad y sector económico fruto de las desregulaciones en el mercado de trabajo, sobretodo las recientes. Lo que provocará que la pensión resultante en el momento de la jubilación sea de miseria.

3. Tanto aumentar la edad de jubilación como incrementar los años para calcular la pensión suponen un claro ataque a los derechos conseguidos por los trabajadores a lo largo de sus luchas: la primera opción supondría dos años menos de pensiones trabajando dos años más (o lo que es lo mismo: una pérdida de cuatro años); la segunda provocará que se incluyan muchos tramos de las trayectorias laborales discontinuas rebajando la pensión ultima.

4. Con la reforma buscan pues, dos objetivos: a) recortar el "salario diferido", es decir la parte de salarios pagada por cotizaciones y que es devuelta a la jubilación y b) forzar la situación para promover la privatización de las mismas (independientemente que se incentiven por otras vías las privadas). En la medida que la clase trabajadora vea que la pensión pública que le queda es muy baja, se planteará hacerse planes de pensiones privados. Es por esa vía lenta por la que el capital financiero puede hincar el diente a una masa importantísima de capital que estaba "fuera de mercado" en manos de la Seguridad Social y el Estado. Por otro lado, no nos olvidemos que las pensiones privadas siguen siendo objeto de importantes desgravaciones fiscales desde hace muchos años, y estas desgravaciones nunca se tocan.

Nuestras alternativas:

Aun desmontando bastantes de los tópicos que intentan vendernos con el fin de reformar el sistema de pensiones a su gusto, podemos estimar que si dejamos el sistema actual intacto, la pensión media se desplomará, debido precisamente a la situación del mercado laboral (temporalidad y precariedad que son incluso previas a la reforma laboral) por lo tanto es es cierto que habría que hacer ciertos cambios en el sistema, pero desde luego NO en base a las catastróficas predicciones en las que se basan todas las propuestas de reforma interesadas:

Si llega a haber problemas de financiación, dichos problemas se podrán financiar también con impuestos como en otros países. Impuestos al capital financiero de entrada, pero también eliminar los topes de cotización para las rentas más altas (lo que redundaría en una redistribución más justa de la renta) y abolir las desgravaciones por sistemas privados de pensiones: quien quiera pensiones privadas, que las pague de su bolsillo, que encima, como la crisis ha puesto de manifiesto, son más inseguras que las públicas.

Además, desde el punto de vista de los ingresos -que en el debate de las pensiones se deja siempre de lado, intocable- se debe fomentar la incorporación de la mujer al mercado de trabajo: con una tasa de empleo femenino similar a la de otros países europeos, el número de cotizantes aumentaría lo suficiente como para atenuar la presión demográfica en buena medida; ese fomento del empleo femenino se puede hacer vía gasto social, con redes de escuelas infantiles y bajas de maternidad/paternidad mejores. Esto no sólo sería mejor en términos de igualdad de género sino que aumentaría el empleo y con él el número de cotizantes. Pero además estimularía la natalidad, poniendo las bases para atenuar en un futuro más lejano nuevas presiones demográficas

Por otro lado, existe la necesidad de aumentar la productividad del sistema: con más productividad, mayor excedente, que con la fortaleza obrera suficiente, podría ir destinado a pensiones u otro gasto social. Ese aumento de la productividad puede incentivarse aumentando salarios para que las empresas inviertan en capitalizar la economía, y fomentando un cambio de modelo productivo alejado de sectores de productividad mediocre como la construcción y el turismo.

Para finalizar, entendemos que no se trata sólo de que no nos toquen la edad de jubilación, ya bastante alta, ni de que nos aumenten los años de cotización sino que, además de las medidas a corto-medio plazo que hemos citado, la clase trabajadora debe, en paralelo, establecer una crítica radical al sistema capitalista que nos está colocando a los pies de los sacrosantos mercados con el beneplácito del gobierno de turno. Los trabajadores y trabajadoras debemos seguir la senda de la movilización y la lucha esbozadas el 29-S, que en no pocos lugares y sectores sobrepasó a los tibios sindicatos oficiales en sus movilizaciones para, en definitiva, ir sentando las bases de un profundo cambio de sistema por otro más justo e igualitario, un sistema para las personas y no el dinero.

Pongámonos pues a ello.

La jubilación a los 67 años, una de las mayores agresiones a nuestros derechos de la historia reciente

· CNT rechaza de manera contundente el preacuerdo alcanzado hoy entre el gobierno y CCOO y UGT.

· Los trabajadores tendrán que cotizar 38 años y medio para jubilarse a los 65, algo prácticamente imposible por la situación de temporalidad y precariedad actuales.

· La jubilación íntegra a los 67 requerirá haber cotizado 37 años y se computarán los últimos 25 años de vida laboral para calcular la pensión.

Finalmente se ha perpetrado lo que desde CNT veníamos advirtiendo: el gobierno ha pactado con los sindicatos oficiales el retraso de la jubilación a los 67 años, en lo que ya podemos considerar una de las mayores agresiones a nuestros derechos de la historia reciente. El beneficio obtenido por el binomio sindical no tardaremos mucho en conocerlo, pero no andaríamos muy descaminados si afirmamos que rondará los nuevos privilegios en el asunto de la negociación colectiva y un buen bocado de las “políticas activas de empleo” que se está pactando en paralelo.

A falta de conocer la redacción final, queda claro que los trabajadores tendrán que cotizar 38 años y medio para jubilarse a los 65, algo prácticamente imposible por la situación de temporalidad y precariedad actuales; que la jubilación íntegra a los 67 requerirá haber cotizado 37 años y se computarán los últimos 25 años de vida laboral para calcular la pensión.

Teniendo en cuenta la actual inestabilidad en la vida laboral, la incorporación tardía por un lado y la salida temprana del mercado laboral (parados larga duración) el hecho de hacer el cálculo de la pensión sobre los últimos 25 años cotizados supondrá una merma evidente en el importe mensual de la pensión de jubilación que quede. Unido esto, a la imposibilidad real de la incorporación de los jóvenes al mercado laboral con condiciones dignas de trabajo, y el hecho de que esta reforma no va acompañada de medidas activas en los distintos sistemas de protección social (educación, sanidad, servicios sociales, empleo) harán que un colectivo cada vez mayor de personas pasen a las bolsas de exclusión social. Unidades de convivencia cada vez más amplias porque los hijos no se independizan, con unos ingresos menores y con el IPC y subida de precios constante y paulatina harán de toda la clase trabajadora más pobre. Es decir estamos asistiendo al derrumbe del Estado de Bienestar Social, baluarte durante años de las “políticas de izquierdas”

Para que no se diga, nos envuelven el veneno con dos caramelitos: por un lado se afirma que el texto que apruebe el Ejecutivo deberá prestar especial atención a las mujeres para que se tengan en cuenta las lagunas en sus historias de cotización, especialmente los que sean por cuidado de familiar, así podrán sumar nueve meses por hijo a su cotización, con un tope de dos años; y por otro, se afirma que se prestará atención a los jóvenes para que puedan comenzar a cotizar a una edad más temprana, recomendando que se tengan en cuenta las becas como periodos cotizados. Algo que, a la vista de lo sucedido con promesas anteriores, puede fácilmente quedarse en un brindis al sol y que, de cualquier manera, no oculta la magnitud de la agresión contra nuestros derechos, ni podrá evitar que el peso de este recorte recaiga sobre jóvenes y mujeres trabajadoras .

Pero lo sucedido, mal que nos pese, no es algo nuevo, la dinámica de delegación, los privilegios, la institucionalización, la profesionalización y las subvenciones han llevado hace ya tiempo a CCOO y UGT, a caer en la claudicación y a convertirse en aparatos dependientes del propio estado y de las empresas donde están asentados. Desde nuestra organización llamamos pues, a romper definitivamente con el actual modelo sindical, que a lo largo de su historia sólo ha servido para ir recortando más nuestros derechos mientras la patronal, la banca y las grandes fortunas siguen engordando a nuestra costa.

CNT rechaza los falsos presupuestos, asumidos por todos los negociadores, desde los que se ha planteado esta reforma. Frente a ella defendemos una reforma urgente del sistema de pensiones para recortar la edad de jubilación, junto a la reducción de la jornada laboral como medida de lucha contra el paro, además de otra serie de medidas para favorecer el acceso de las mujeres al mercado laboral en condiciones de igualdad, y para acabar con la precariedad y el trabajo negro; aumentando las cotizaciones y los ingresos del sistema público de pensiones, y siempre desde una lógica anticapitalista y como resultado de la movilización de los trabajadores en un proceso de transformación radical de la sociedad.

Por ello CNT, pese al preacuerdo alcanzado hoy, no se resigna y va a continuar, con más ímpetu si cabe, la campaña de movilizaciones que pretende, en última instancia, ir confluyendo hacia una auténtica huelga general que revierta la correlación de fuerzas actual.

En ello está, tal y como ha demostrado esta jornada, con su participación en las huelgas generales que han tenido lugar en distintos territorios, así como en el resto de movilizaciones (cerca de un centenar) que en solitario o junto a otras organizaciones, se han llevado a cabo en todo el Estado.