Tras la resaca de la Huelga General del 29-S, nos llega tanto de la política como de las dos grandes sindicales las declaraciones de victoria de unos y otros, los primeros porque dicen que la huelga no ha tenido la repercusión esperada por los convocantes, por lo que todo irá tal como estaba previsto; y los segundos porque dicen que la huelga “ha roto la barrera del sonido”, aludiendo a que más del 70 % de los trabajadores han secundado la huelga. Pero la única realidad, que se ha podido vislumbrar en esa jornada, ha sido una gran derrota de todos los bandos.
Por una parte la política, que ha mostrado su verdadero rostro, y es que no existe ni derechas ni izquierdas, sino que sólo existe capitalismo puro y duro; los mercados mandan y los políticos obedecen, esa es la realidad aunque muchos no quieran verlo, ZP sólo ejecuta las órdenes que recibe de aquellos que especulan con las economías de los países, y deciden cómo tiene que ser el mercado laboral o cuando se tendrán que jubilar los trabajadores, porque tienen en su mano llevar a la quiebra en un abrir y cerrar de ojos a un país entero (mírese el caso de Grecia). Por otro lado, los sindicatos de UGT y CCOO, de todos es conocido que tanto uno como otro, no son más que brazos del PSOE. Estos sindicatos llevan desde los Pactos de la Moncloa recibiendo subvenciones millonarias del Estado y peleando por ganarse votos unos a otros en las elecciones sindicales para tener más liberados y así más subvenciones y que la rueda siga girando. Esta lucha por el poder ha creado que sus líderes se hayan distanciado tanto de los trabajadores que no creo que ningún trabajador pueda aceptar el saludo de “compañero” de una persona que hace 20 años o más que no ha vivido de cerca la realidad de estar cada día en el “tajo. La cruda realidad sindical es que estos “grandes dinosaurios” del sindicalismo, son simplemente unos gabinetes burocráticos para canalizar las demandas judiciales de los trabajadores, pero en un ambiente tan frío e impersonal que han hecho desaparecer el sentimiento de hermandad y solidaridad que un día hicieron fuerte a los obreros en España. Y finalmente, los verdaderos afectados los trabajadores, los mileuristas, los 5 millones de parados, los pensionistas, y todos y cada uno de los que nos cuesta trabajo llegar a fin de mes o los que no simplemente no llegan. Nosotros, los grandes perdedores, los que con la cabeza baja decimos “Huelga para qué”, que no sirve para nada; los que cada día se levantan para buscar trabajo, o los que van para ganarse mil euros que te dan “para ir tirando”. Nosotros, los que recibiremos el “mazazo” de la reforma laboral, nosotros los que tenemos que pagar la crisis de los poderosos que se han ido enriqueciendo y que ahora que no tienen tantos beneficios como antes, piden que nos apretemos el cinturón, porque la cosa va mal.
Ante la realidad económica y social que vivimos, unos se agarran a la idea de que cuando cambie el gobierno todo irá mejor; otros no creen en ni uno ni en otro; en fin cada uno se aferra a lo que quiere o puede. La cuestión es que hemos perdido el norte, nos llueven los palos por todas partes, y cuando los sufrimos sólo soltamos alguna protesta a regañadientes, o simplemente criticamos en los bares, y olvidamos. Vivimos malos tiempos para los que intentan levantar la voz contra la injusticia, porque nadie se fía de nadie, y cuando alguien tiende la mano a otro para ayudarlo, la rechazamos y lo tachamos de interesado o de loco.
Eso es lo que hemos vivido con la CNT en Utrera, nuestro sindicato no recibe subvenciones del Estado, sólo se mantiene con la cuota de los afiliados, no tenemos personas liberadas de trabajar, es decir, el tiempo que dedicamos a ayudar a los trabajadores es de nuestro tiempo libre que nos queda al terminar de trabajar. De esta forma practicamos los valores de la solidaridad y el apoyo mutuo, esto es, hoy por ti y mañana por mí, valores que nos hicieron fuerte a los trabajadores, y que gracias a ellos conseguimos las 8 horas, buenas condiciones de higiene en el trabajo, abolir el trabajo de los niños, los permisos por maternidad, y un largo etcétera por los que se derramaron mucha sangre y que nosotros dejamos que nos los quiten sin rechistar. Desde CNT os ofrecemos la alternativa de luchar día a día, la Huelga puede ser un punto de partida, pero no un fin en sí a no ser que sea indefinida. Pero también existen otras formas de lucha independientes de cualquier partido político o sindicato. Asambleas de barrios para luchar por mejores los parques, las calles, etc…; Asambleas de parados para que el trabajo sea repartido de forma igualitaria bajando las horas de trabajo, controlando las bolsas de trabajo del Ayuntamiento para evitar el enchufismo y el destajo; Asamblea de hipotecados para hacer huelga de pago de las hipotecas; y así un sinfín de formas de relacionarnos y organizarnos, ignorar las diferencias con nuestros vecinos y buscar cosas que nos unan para conseguir mejorar nuestras condiciones de vida. Hay que salir a la calle, hay que protestar porque de lo contrario qué herencia le dejaremos a nuestros hijos.