El último convoy de las tropas de combate de EEUU que quedaba en Irak comenzó a entrar en Kuwait este jueves a las 10.30 GMT, dos semanas antes de lo previsto y siete años, cuatro meses y 29 días desde la invasión liderada por George Bush.
El presidente estadounidense Barack Obama pone fin a un conflicto que para su antecesor acabó el 1 de mayo de 2003 (apenas mes y medio del comienzo de los bombardeos el 20 de marzo). Aquel día, con las tropas desplegadas en Bagdad y Sadam Husein en paradero desconocido, Bush dio la misión por cumplida a bordo del portaaviones Abraham Lincoln. Las armas de destrucción masiva nunca aparecieron.
Mientras los militares de la Cuarta Brigada Stryker de la Segunda División de Infantería alcanzaban el país vecino, aún permanecerán en Irak 56.000 soldados. Su misión será continuar con el entrenamiento de las tropas iraquíes y participar en las operaciones que les soliciten.
Obama envió esta mañana un mensaje a los medios sobre su plan de finiquitar la guerra de Irak: "Estoy satisfecho de anunciar que, gracias al extraordinario servicio de nuestras tropas y civiles en Irak, nuestra misión de combate terminará este mes, y completaremos una sustancial reducción de tropas. En los últimos 18 meses, alrededor de 90.000 soldados han abandonado Irak".
"Momento histórico"
"Es un momento histórico", dijo en declaraciones a la cadena de televisión estadounidense MSNBC el portavoz del Departamento de Estado, P.J. Crowley, quien insistió que esto no supone el fin de la misión estadounidense en el país.
"Estamos acabando la guerra pero no estamos acabando nuestro trabajo en Irak", dijo Crowley. Según él Estados Unidos tiene un "compromiso a largo plazo" con el país árabe. Los 56.000 soldados que restan participarán en tareas de formación de las fuerzas iraquíes y serán los encargados de poner en marcha la que ya ha sido bautizada como Operación Nuevo Amanecer.
Fuentes citadas por la CNN señalaron que el Departamento de Estado se prepara para asumir muchas de las responsabilidades que ahora tiene el Ejército y que incrementará su número de contratistas de 2.700 a cerca de 7.000. Ademas, según estas informaciones, habría solicitado que permanezcan en Irak 50 vehículos blindados y varios helicópteros UH-60, según CNN.
La larga sangría de Irak
Cuando Bush dio por finalizada la guerra ni él ni sus generales se esperaban lo que vendría después. La decisión de apartar del poder al partido Baaz de Sadam Husein fue interpretada como una manera de contar sólo con una parte de la población para reconstruir el país.
Estalló un largo periodo de violencia sectaria entre chiíes y suníes de la que Al Qaeda supo aprovecharse. Según los datos oficiales, la guerra en el país se ha cobrado la vida de más de 4.400 miembros del ejército estadounidense y la de decenas de miles de iraquíes.
Pero según la ONG Iraq Body Count, los iraquíes muertos se sitúan entre 97.000 y 106.000.
"El país en manos de los lobos"
Hace un año, EEUU anunció la cesión del control de las ciudades al Gobierno iraquí. Tras una temporada en la que los ataques habían disminuido y parecía reinar cierta calma en las localidades más importantes, los insurgentes volvieron a atemorizar a la población con ataques coordinados a gran escala.
El último tuvo lugar este mismo martes. Un terrorista suicida se inmoló a las puertas de un centro de reclutamiento en Bagdad y mató a 44 personas e hirió a otras 77.
La sensación general es que EEUU está dejando tras de sí un problema que parece improbable que el Gobierno de Irak pueda solucionar.
El pasado 5 de agosto, el propio viceprimer ministro de Sadam Husein, Tariq Aziz, dijo en una entrevista con el diario The Guardian que "con la llegada de Obama a la Casa Blanca tenía la esperanza de que pudiera corregir algunos de los errores de Bush, pero ahora me doy cuenta de que Obama es un hipócrita, EEUU está dejando el país en manos de los lobos".
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