Por si no tenía ya bastantes enemigos, Julian Assange se ha agenciado uno más, que no es otro que su principal aliado periodístico, The Guardian. El editor de Wikileaks no perdona que el diario publicara el sábado un largo artículo sobre la denuncia de violación y abusos sexuales en Suecia.
Además, por primera vez desde que comenzó la publicación de los telegramas diplomáticos del Departamento de Estado, Assange critica a los cinco medios de comunicación que están colaborando con Wikileaks y que gozan de la exclusiva de disponer de todos los cables para su estudio y difusión controlada, antes de que sean colgados en la red para su consulta general.
El fundador de Wikileaks no está satisfecho con los cambios hechos en algunos documentos para eliminar fragmentos o identidades cuya difusión puede poner en peligro a personas y afirma que preferiría que fueran difundidos sin tachaduras. Al no citar ejemplos, queda la duda de saber qué es lo que se ha quedado fuera.
Los periódicos "nos han creado constantes problemas" en el tratamiento de los documentos por su "pésima" labor al decidir qué se puede publicar, explica Assange. "Ellos creen que nuestra reputación está en juego, no la suya. Hemos tenido que corregirles en eso constantemente", revela.
Para dejar patente su malestar, Assange ha concedido una entrevista a The Times, el mismo periódico que ha criticado en varias ocasiones la revelación de documentos secretos en los términos más duros.
De hecho, el diario de Rupert Murdoch hasta se ha burlado de la solidaridad con Wikileaks expresada por varios periodistas y escritores de izquierda que aportaron dinero para la fianza de Assange.
Al día siguiente de la primera comparecencia ante el juez, The Times eligió como foto de portada la imagen de Jemima Khan, hija de millonarios y conocida tanto por su labor a favor de causas benéficas como por su anterior noviazgo con Hugh Grant.
Assange acusa a The Guardian de ponerse del lado de sus enemigos por publicar fragmentos del informe policial, incluidas algunas declaraciones de las mujeres que lo han denunciado. "La filtración del informe policial a The Guardian fue claramente pensada para perjudicar mi solicitud de libertad bajo fianza", afirma.
Alega que el informe circuló entre varios periódicos con esa intención, pero en realidad The Guardian publicó el artículo dos días después de que el tribunal rechazara el recurso contra su libertad. En un editorial, el diario defendió el interés de esa información para contrarrestar los rumores que circulan en internet sobre las denunciantes.
En una decisión cuando menos discutible, el editorial comparaba al fundador de Wikileaks con John Wilkes, periodista y político del siglo XVIII, que combinó una apasionada defensa de la libertad de expresión con una turbulenta vida sexual y un nada oculto interés por la pornografía. Más de lo que podía tolerar Assange.
El creador de Wikileaks insistió a The Times que sus relaciones sexuales con las dos mujeres suecas fueron consentidas y sin violencia. Habló con una de ellas después de los hechos, pero la chica "sólo estaba preocupada" por la posibilidad de un contagio de enfermedades de transmisión sexual.
Una venganza
Assange está convencido de que se trata de una venganza: "Una de las mujeres ha escrito muchos artículos sobre vengarse de hombres infieles, y además es una conocida feminista radical". Por otro lado, acepta, contra lo que han dicho sus abogados, que no se trató de una trampa tendidapor sus enemigos: "Nunca he dicho eso, porque no lo sabemos".
La relación de Wikileaks con los medios que han publicado los documentos (The Guardian, The New York Times, Der Spiegel, Le Monde y El País) puede verse deteriorada por los comentarios de Assange.
Wikileaks lleva tiempo colaborando con The Guardian porque esa relación da más credibilidad a su actividad. Ese trabajo conjunto comenzó con el periodista Nick Davies, pero sus relaciones con Assange parecen ahora definitivamente rotas.
miércoles, 22 de diciembre de 2010
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